Temperamento. Es la
conformación reactiva de un individuo, el aspecto espontáneo de su
personalidad. Procede de la combinación de disposiciones características emanadas
de sus apetitos, emociones y estados de ánimo.
Trauma psíquico. Choque emocional
que deja huella en el subconsciente.
Abulia. Apatía y falta de
fuerza de voluntad que incluye incapacidad para tomar iniciativas propias.
Aprendizaje. Es un cambio permanente
de la conducta de la persona como resultado de la experiencia. Se refiere al
cambio en la conducta o al potencial de la conducta de un sujeto en una
situación dada, como producto de sus repetidas experiencias en dicha situación.
Este cambio conductual no puede explicarse en base a las tendencias de
respuesta innatas del individuo, su maduración, o estados temporales (como la
fatiga, la intoxicación alcohólica, los impulsos, etc.).
Aprendizaje cognitivo. Proceso activo
por el que el sujeto modifica su conducta, dándole un carácter personal a lo
aprendido.
Autismo. Trastorno mental
que afecta especialmente a los niños. El sujeto se aisla del entorno,
encerrándose en sí mismo y concediéndole una atención cada vez menor a la
realidad que lo rodea.
Ambivalencia. Conflicto
motivacional, que se produce cuando el sujeto es simultáneamente atraído y
repelido por la misma meta o deseo.
Edad mental (EM). Nivel de
desarrollo intelectual global correspondiente a una determinada edad
Empatia. Estado mental en
el que un sujeto se identifica con otro grupo o persona, compartiendo el mismo
estado de ánimo.
Identidad sexual. Convicción
interna de una persona acerca de ser varón o mujer.
Labilidad. Estado emotivo caracterizado por una alteración del control consciente
de las reacciones
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